domingo, 9 de marzo de 2008

De cortas historias de plazas.

No se la temperatura que hacia, pero les puedo decir que era uno de esos dias en que el frio duele. Esos dias en que lo sentis en la punta de los dedos, pero lo podes sentir hasta en los ojos. Todavia era temprano, pero el estaba apurado, la verdad que no se porque. Caminando a paso vivo, con la cabeza gacha y una mano en la bufanda protegiendose del viento. Probablemente estaba a punto de batir algun tipo de record de velocidad, cuando una baldoza rota engancha la punta del zapato negro y con maletin y todo aterriza en el medio de la plaza. Y ahi, medio desde el piso, o capaz que todavia cayendo la vio a ella. Con una mirada hermosa pero un tanto apagada y con su pelo largo y ondulado. Con una capelina y cubierta por una frazada, una bolsa llena de diarios y un carrito de supermercado con cosas adentro que para mi aun hoy son un misterio. Y lamentablemente las historias de amor de este tipo de seguro solo exiten en las novelas. Pero tal vez de conformista o tal vez porque hasta podria afirmarlo, les cuento que por algunos instantes esa historia de amor, llena de locura y fantasia se cruzo por sus cabezas, el se imagino amandola a pesar de la oposicion de sus amigos y su familia. Siendo felices a pesar de todo. Y pasando una vida juntos llena de amor y magia. Ella quizas un poco mas resignada, creyo saber lo que el imaginaba y fue suficiente para encender su mirada y devolverle un brillo que hacia tiempo no tenia. Claro que esto puede ser solo una suposicion mia, pero si les puedo decir que El continuo su marcha, ahora podria decirse que lenta, pensativo, con un gesto de satisfaccion y una leve sonrisa. Ella, ella siguio en el banco, esperando algo.

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